CALLEJÓN DEL BESO

Antiguamente en el Callejón del Beso vinieron dos enamorados que se llamaban “Doña Ana y Carlos”; Ana era una rica española y Carlos un pobre minero. Al padre de Ana no le convenía, que su hija se casara con un pobre minero; sino que se casara con un rico español para juntar sus fortunas y ser felices.

Una noche el padre de Ana los vio besándose de un balcón a otro, y le dijo: que si los volvía a ver untos, los iba a matar; pero ella, siendo su única hija, no lo tomo en serio.

A la siguiente noche, su padre ya no le dijo nada, sino que al sorprenderlos de nuevo besándose, tomo una daga y la enterró en la espalda de su hija Ana, el pobre Carlos viéndola morir, le dio el último beso en el dorso de la mano y así fue como se le quedó el nombre del “Callejón del Beso”.

El pobre Carlos no pudiendo soportar vivir sin el amor de Doña Ana, se suicidó, tirándose desde el brocal del tiro principal de la mira de la Valenciana.

 

El Callejón del Beso mide 75 centímetros en la parte más angosta y 78 centímetros de balcón a balcón.

Se dice que las parejas de enamorados que pasen por el callejón y no se den un beso en el tercer escalón, tendrán 7 años de mala suerte, y por el contrario, si se besan con amor, tendrán 15 años de buena suerte.

Y a las personas que no traen pareja, no les pasa nada, pero sí se les recomienda que la busquen, y al encontrarla, que vuelvan a esta ciudad de Guanajuato para que disfruten su amor entre tradiciones, callejoneadas y leyendas.

 

 

 

 

 

 

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